Hay dos preguntas que las madres de todos los tiempos y lugares han formulado a sus retoños y lo siguen haciendo, incluso si ya se han independizado… ¿Has comido? es la primera. Y ¿te has puesto la camiseta interior? es la segunda, sobre todo cuando comienzan las lluvias y el mal tiempo. Necesitan asegurarse de que las barrigas de sus hijos están protegidas y que los virus no podrán acercarse o, al menos, lo tendrán más difícil para infectarlos con sus miserias.
El pistoletazo de salida para su uso dependerá de la sensibilidad al frío que tenga cada uno. Hay quienes no sienten los zarpazos del invierno hasta bien entrado diciembre y quienes no soportan los primeros descensos del termómetro a comienzos de octubre. Lo que sí es casi seguro que será una prenda muy aprovechada hasta el arribo de la primavera. Y después siempre puede ser reciclada como trapo para el polvo o ser sustituida por otra nueva.
En general es una prenda a la que se mira con cierto desdén. Muchas veces no gusta porque no suele ser de diseño, en general es bastante simple y resulta casi antiestética. Aunque poco agraciada, lo cierto es que actúa como una coraza que protege la zona central del cuerpo creando una capa de calor uniforme y constante entre la propia piel y el ambiente. De este modo reduce el riesgo de un catarro inoportuno o de dolores articulares o de espalda causados por las bajas temperaturas. Es además capaz de reducir la diferencia térmica entre el calor externo e interno del organismo limitando la producción de sudoración y de absorber el exceso, lo cual evita que se produzcan manchas inoportunas sobre la ropa.
El tejido que se usaba para fabricar esta prenda era, hasta hace no mucho, la lana pero provocaba rechazo precisamente por el malestar de los picores al contacto con la piel. Se han dado grandes pasos desde entonces y hoy en día la oferta de camisetas interiores es extensa: las hay de algodón, de seda, lisas, con el cuello redondo o en «V», en distintos colores…etc. Existen incluso empresas que están proyectando modelos hi-tech que permiten que, una vez puesta la camiseta interior, se registre información de gran interés para el usuario como su ritmo cardíaco, intensidad de la actividad física, número de pasos, calorías quemadas…Vamos, que el futuro de esta prenda es de lo más prometedor. Una camiseta de la salud encaminada a convertirse en un ordenador que te puedes poner, conectar con tu smartphone o tablet y transferir sus datos de la memoria. ¿Alguien ha dicho que es una prenda simple?
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Fuente: donsaro.it Imágenes: Pixabay
