Si has visto las noticias, no importa dónde vivas, habrás oído hablar del Brexit, que es una contracción de otras dos palabras: British y Exit o salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. El 23 de Junio de 2016, el pueblo del Reino Unido (incluyendo Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) se sometió a un referéndum para decidir si su país debía permanecer o abandonar la Unión Europea. Un 52% votaron la salida.
Parece evidente que cortar lazos con la UE suponer un riesgo, entre otras, para las relaciones comerciales internacionales, precios de bienes básicos e incluso para la seguridad nacional. En el mundo de la lencería, las relaciones entre países a la hora de crear y fabricar prendas es crucial. De hecho, el diseño de la foto es fruto de la colaboración de distintos países europeos: de Francia, por un lado, (donde se fabricó el encaje) y de Polonia (que se ocupó del bordado final).
No es el propósito de este artículo entrar en los pormenores de un tema sensible que afecta las vidas de muchas personas. Es más, el objetivo, en realidad, es discutir cuáles son algunos de los efectos económicos de esta decisión y cómo afectan directamente a la industria de la lencería.
PROVEEDORES:
Los efectos del Brexit dejan, sin duda, una huella indeleble en el mundo de la moda y, en particular, en el de la lencería,en el que Reino Unido ha sido siempre un gran impulsor. Antes del referéndum, destacadas figuras de la industria de la moda ya advertían sobre los efectos dañinos que podrían sobrevenir como incrementos drásticos del precio de la ropa. No olvidemos que muchas marcas británicas dependen de oportunidades que se labran en la Unión Europea pues sus precios son más competitivos y la mano de obra cualificada es superior. De hecho, una gran cantidad de fabricantes de marcas de lujo dependen de Francia (sobre todo para los encajes) y, la salida de la UE supone encarecer estos servicios y hacerlos prohibitivos para muchos diseñadores independientes
Las marcas de lencería independientes, que son las que marcan las tendencias (más tarde imitadas por las grandes corporaciones) y las que se arriesgan, invierten toda su pasión y los medios de que disponen son los más afectados. Ya muchas de ellas se han encontrado inmersas en una situación de precariedad tras la última recesión. Se añade el hecho de que los márgenes se han reducido notablemente, la libra esterlina se ha visto devaluada hasta unos niveles que no se registraban en casi 30 años, y para muchos consumidores el tipo de cambio les ha abierto las puertas a sus tiendas favoritas de Reino Unido. Ahora mismo, los diseñadores independientes tienen que obrar milagros para sacar algún beneficio. De sobrevenir otra recesión, para muchos podría significar el cierre de sus negocios mientras observan cómo los compradores eligen las opciones más económicas y cancelan lujos, como las prendas íntimas de diseño, de sus presupuestos.
Una de las ventajas de la pertenencia a la UE es que el libre acceso a todo el mercado europeo. Desde el punto de vista de la lencería, esto implica que se puede trabajar con proveedores europeos (por ejemplo Francia y Polonia que ofrecen mínimos más bajos y competitivos respecto al Reino Unido) y utilizar fábricas sin tener que pagar ninguna tarifa o cargo por ello . También los consumidores se ven beneficiados ya que pueden comprar en la UE sus prendas íntimas sin temor a que se les añadan tasas.
El abandono de la UE por parte del Reino Unido, conlleva tener que renegociar sus acuerdos comerciales desde una posición de desventaja. Muchas figuras políticas han sugerido lo ideal sería que pudiera lograr algo parecido a lo que consiguió Noruega: pagar impuestos y tener acceso al mercado europeo y disfrutar de alguna que otra ventaja. Aunque esto no significa que pueda ser beneficioso para el mundo de la lencería ya que lo que importa Noruega desde la UE sigue estando sometido a tarifas de aduana, gastos de tramitación..
Karolina Laskowska, productora de lencería, comenta que ya ha experimentado un gran descenso en sus ventas. Algunas de sus prendas dependen completamente de los proveedores europeos: encajes franceses, tirantes alemanes, cristales Austríacos, aros polacos…Y como para ella, otras muchas marcas no podrán proveerse de materiales como hacían antes. Comenta incluso que, dada esta imposibilidad, deberá subir los precios. No solo eso, duda que pueda permitirse utilizar fábricas británicas por sus elevados costes. Por ese motivo, intenta ya hacerse a la idea de que va a perder una gran cantidad de consumidores, la mayoría, ubicados en la Unión Europea. Según la diseñadora, tiene dos opciones: cerrar el negocio y buscar empleo en alguna otra parte o solicitar la doble nacionalidad y mudarse a Europa. NInguna le parece la solución ideal ya que una de las opciones supondría tirar por la ventana todos sus esfuerzos y su inversión y la otra implicaría dejar su tierra natal, despedirse de amigos y familia.
Hay quienes, sin embargo, deciden verlo como una oportunidad para adaptarse a algo diferente, para negociar nuevos acuerdos y para reinventarse más allá de la Unión Europea junto a países como Estados Unidos o Australia. Estos mercados podrían agradecer la posibilidad de comprar su lencería sin tener que pagar tasas o, al menos, afrontando impuestos más bajos.
Según las últimas noticias, el Parlamento británico apoya, por amplia mayoría, activar el Brexit, que hasta el momento, carecía de ataduras legales. De no llevarse a término, técnicamente hablando, no solo se experimentaría un daño al bienestar económico irreversible sino una confusión política y civil importantes. Los próximos meses son complicados y muchos confían en que los políticos hagan lo posible por mantenerse en la Unión Europea.
El tiempo lo dirá…
Fuente: Karolina de thelingerieaddict.com Imágenes: thelingerieaddict.com